POP & POOR

BRIAN WILSON
El titán de la melodía al que rescató el Estado de California.
Y no fue dándole las llaves de la ciudad, os aviso. Eugene Landy —fugaz manager de George Benson y terapeuta de celebridades como Alice Cooper o Ed Harris— mantuvo bajo su influjo a Wilson durante años, para así expoliarlo metódicamente en dos tandas de «tratamientos». Y lo peor, siempre con el visto bueno por parte de sus familiares. La primera tanda transcurrió de 1975 a 1976 y la segunda de 1982 a 1992, cargando cheques mensuales a Wilson de 35 mil dólares mensuales, más gastos aparte, y quedándose con el 25% de los royalties de sus composiciones. ¿Aprovechándose de un enfermo? ¿Cómo puede suceder eso?
Cuando en una estructura social se consagra el principio de autorregulación, y más en cuestiones como la salud, se deja una puerta abierta a toda clase de estafas. También a que llegue cualquier iluminado aduciendo disparates, terapias alternativas o antivacunas. Y si encima el enfermo produce ingentes cantidades de dinero con sus composiciones, converge el interés de mantenerlo ahondando en su enfermedad para poder desplumarlo tranquilamente. Porque la autorregulación tiene tanto en común con la regulación como la soberbia con la inteligencia.
La desfachatez de Landy llegó tan lejos, que llamó a la sociedad con la que firmaba las composiciones junto a Wilson «Brains and Genius», mientras le freía el cerebro con el beneplácito de su familia y del resto de los Beach Boys, quienes lo querían en activo para su regreso a la banda en 1976 con «15 Big Ones». Incluso le obligaron a protagonizar un sketch en SNL con Dan Aykroyd y John Belushi, donde estos lo arrestaban acusado de no hacer surf y le obligaban a ello. ¡A un maníaco depresivo que le daba pánico el océano!
No fue hasta la entrada en escena del Estado de California que comenzó el declive del control de Landy sobre Wilson. Sí, el malvado ministerio público fue quien le salvó. En primer lugar, le retiraron la licencia a Landy por violar el código ético, recetar fármacos inadecuados y establecer unas relaciones con su paciente impropias de una relación profesional psicólogo-paciente. Que Landy entregara voluntariamente su licencia no hizo que acabara la pesadilla. El terapeuta de celebridades —cual emprendedor protagonista de cualquier relato aplaudido en las aulas de ADE— se hizo socio de Wilson. De nuevo tuvo que intervenir el Estado y hasta que un tribunal de California prohibió a Landy acercarse a Wilson, no finalizó el dominio que éste tenía sobre el chico más pálido de la playa.
Canción recomendada: Surf’s Up
Composición de Wilson junto al arreglista y colaborador habitual Van Dyke Parks, que nos recuerda que hay vida más allá de «Pet Sounds». La homónima suite contiene todo el genio de Wilson, pero menos soleado, la canción va retirándose avisando de la penumbra en la que viviría Wilson. Arreglos que funcionan con precisión, una melodía que va deshaciéndose en una nana narcótica, como la mente de Wilson. Una sinfonía de bolsillo para el final del verano.
Discografía recomendada:
Beach Boys – Pet Sounds (1966)
Beach Boys – Wild Honey (1967)
Beach Boys – Friends (1968)
Beach Boys – 20/20 (1969)
Beach Boys – Surf’s Up (1971)